Una de las actividades que en los últimos tiempos tiene más importancia, tanto para los adultos pero en especial para los niños, es el reciclaje. Para nadie es un secreto que vivimos tiempos difíciles en cuestiones medioambientales, por eso cualquier esfuerzo que podamos realizar será bienvenido en pos de salvar nuestro hogar.
Por esa razón, las nuevas generaciones deberán aprender formas seguras, amigables y sencillas para reciclar. Los niños de hoy serán los adultos del futuro e inculcarles el amor por la naturaleza y por su cuidado debe ser algo totalmente imprescindible en la actualidad.
Sin embargo, se suele creer que esto es algo completamente difícil y que los niños no pueden hacerlo pues se aburren y dejan la actividad en poco tiempo. La verdad es que existen muchas formas para inculcar los valores del reciclaje en los más pequeños y en el siguiente texto te hablamos de algunas de ellas. Esperamos que sean de utilidad y que los más pequeños del hogar comiencen el cambio que todos necesitamos.
Cuando un calcetín se rompe, ¡no lo tires a la basura! Puedes utilizar el par para hacer títeres. Es tan fácil como cocer un par de botones para los ojos y utilizar algún trozo de tela de otro color para hacer el cabello y la boca. Puedes crear toda clase de animales y personajes con este material.
El contenedor de cartón para huevos puede ser transformado en un bonito ciempiés para decorar la habitación infantil o como marioneta para contar la historia de la Oruga Glotona (tan famosa entre los niños). Para hacerlo, recorta cada compartimiento para huevos, píntalos y pégalos. Decora como en la imagen ¡y listo!
Esta es una de las actividades clásicas de reciclaje con niños y ¡no es para menos! Se trata de una idea sencilla y práctica. Lava bien la lata antes de comenzar a decorarla y recuerda verificar que no tiene ninguna punta que sobresalga y pueda lastimar a los niños. Después, todo queda en manos de la imaginación. Tu hijo podrá pintarla, utilizar pegatinas o washii tape…
Sin dudas es una simpática idea para aprender a coser y aprovechar la tela de un pantalón viejo. Puedes escoger vaquero o chandal, pero ten en cuenta que coser vaquero es más complicado por la resistencia misma de la tela.
Utiliza las botas de lluvia viejas de tus hijos para crear unas simpáticas macetas para tu huerto urbano. A los niños les encantará sembrar y cosechar sus propias frutas y verduras.
Siguiendo la idea del punto anterior, planta verduras y frutas en macetas en tu balcón y protégelas con ¡botellas de plástico! ¿Se te había ocurrido alguna vez que las botellas de refrescos o agua pueden ser un mini invernadero perfecto? Recorta la base de la botella, quita la tapa plástica y cubre con ella cada brote. ¿Lo mejor? Puedes regar las plantas sin retirar el invernadero.
¿Tienes en casa revistas viejas? ¡No las tires! Separa las hojas y haz pequeños rollos a lo largo o ancho, según el tamaño que desees. Coloca un poco de pegamento en la punta para que el rollo se mantenga firme. Luego, pega una foto y los rollitos sobre un rectángulo de cartón para crear un marco de fotos perfecto para regalar.
Los frascos de conservas y mermelada pueden ser reutilizados de muchísimas maneras diferentes: para guardar tus conservas caseras o ¡como floreros! Deja que tus hijos los decoren con pintura y utilízalos como regalo o para decorar tu hogar.
Los botellones de 5 litros de agua pueden ser perfectos para hacer una bolsa de compra fuerte. Recorta la parte superior de la botella, agujerea sus costados y pasa por allí una soga para crear un par de asas. Tus pequeños pueden incluso decorar la botella con pegatinas o ¡pintura! Sin duda, será la bolsa de compra más original del barrio.
Las tapas de plástico son perfectas para realizar collages con los niños. Un poco de pegamento y una hoja de papel es todo lo que necesitan para crear flores, animales y ¡toda clase de figuras!
Una botella de plástico puede ser todo lo que necesitan tus pequeños para guardar sus monedas. Corta una hendidura en uno de sus lados para que los niños puedan colocar por allí sus monedas y luego, con papel deja que tus hijos creen el cuerpo, las orejas y la cara del cerdito. Dales cuatro tapas plásticas para que las peguen en el lugar de las piernas del cerdito ¡y listo! ¿Lo mejor? No necesitarán romper la hucha para quitar sus monedas, tan sólo deberán ¡abrir la tapa!
Pídele a tus hijos que junten todos los trozos de ceras que encuentren. Luego, coloca los trocitos en moldes de silicona separados por colores y coloca el molde en horno precalentado a 200 grados. Hornea durante media hora o 40 minutos. Retira, deja enfriar y ¡tendréis nuevas ceras!
Los tubos de cartón de papel higiénico o papel de cocina pueden servirte para hacer un garaje para coches. Tus hijos pueden pegar cinco rollos, uno al lado del otro, y tres por encima, para coronar el garaje con un rollo más. Por supuesto, antes de hacerlo, podéis decorarlos como más os guste. Luego, tan sólo deberéis colocar dentro los cochecitos y ¡el garaje estará listo para jugar!
Esta suele ser una de las manualidades de reciclaje con niños que más gusta a los pequeños de la familia. Deja que tus hijos decoren una enorme caja de cartón y ayúdales a crear un coche o un avión incorporando ruedas, alas y ¡todo lo necesario para que juegen dejando volar su imaginación!
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Esta entrada ha sido publicada el 09/08/2021 10:00
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