El hilo es uno de los materiales más importantes en cualquier bordado ya que permite crear y modificar los diseños en función de su composición, colorido o textura. Por eso, antes de emprender cualquier proyecto deberemos plantearnos qué tipo de hilo es el más adecuado para el tejido que vayamos a utilizar, para los efectos que queramos conseguir y para el colorido que más se ajuste a lo que deseamos.
Existen multitud de tipos de hilos para bordar, en realidad puede usarse cualquier tipo de hilo para ello (inclusive cintas, cordeles o tiras de cuero) pero el algodón, la lana y la seda constituyen la base de casi todos los estilos de bordado clásico. Hoy vamos a dar un repaso a los hilos más utilizados, analizando sus características para poder determinar cuál es el más conveniente en cada proyecto. Los hilos de bordar se fabrican generalmente en fibras naturales (algodón, lana, seda o lino) o sintéticas (poliéster, rayón, nylon…).
Una de las características de los hilos que determinan el uso que vayamos a darles es si son lasos o retorcidos. Los hilos retorcidos están constituidos por cabos que no se pueden separar y lo lasos, en cambio, se separan fácilmente y se pueden volver a combinar para obtener el grosor de hilo conveniente o efectos de color combinados. Un cabo es un solo hilo de material hilado y, generalmente, cuanto mayor es el número de cabos, más grueso es el hilo.
Hilo de Mouliné
Es el hilo más popular para bordar, es un hilo laso y está formado por seis cabos que se pueden separar y utilizar solos o agrupados, por lo que con el mismo hilo podemos obtener diferentes efectos según el número de hebras que utilicemos o los colores que usemos.
El más utilizado es el de algodón 100% que existe en gamas de colores muy amplias, incluso en colores matizados o multicolores -lo que lo hace especialmente adecuado para el punto de cruz donde los tonos de los colores son tan importantes-, y suele presentarse en madejas de 8 m, aunque también se fabrica en otros materiales como la seda, el rayón o el lino, en gamas de colores más reducidas.
Algodón de bordar
El algodón de bordar es un hilo de cuatro cabos (no divisibles), de algodón 100%, que se fabrica en diversos grosores (9, 12, 16, 20, 25 y 30), aunque el más utilizado es el 25. Las madejas están enrolladas y dobladas de tal forma que pueden estirarse con facilidad para obtener hebras de una longitud óptima de 45 cm, y que se pueden trenzar para evitar la formación de nudos indeseados. Es un hilo que se ha usado tradicionalmente para todo tipo de bordados y, en especial, para los bordados recortados, festoneados y vainicas.
Hilo de Perlé
Es un hilo de algodón 100% de dos cabos no separables con un torcido especial que lo dota de un brillo característico. Se fabrica en cuatro gruesos diferentes: 3, 5, 8 y 12, que se comercializan en madejas o en ovillos, con unas gamas de colores bastante extensas, aunque menores que las del mouliné.
Es un hilo adecuado para bordados lineales y anudados (p.ej. punto de palestrina) ya que el anudado del punto potencia el efecto brillante del hilo, para los bordados de Hardanger, porque al existir en diferentes gruesos permiten realizar los diferentes puntos trabajando con una sola hebra y para los bordados de smock.
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